¿Sabías que la artemisa ha sido una de las plantas más valoradas tanto en la medicina tradicional china como en la herbolaria europea? A lo largo de los siglos, esta planta ha sido protagonista de rituales, infusiones y remedios naturales para distintos fines.
En la medicina china, la artemisa (conocida como Ai Ye) ha sido utilizada durante más de 2.000 años. Su aplicación más famosa es en la técnica de moxibustión, donde se quema cerca de puntos de acupuntura para estimular el flujo de energía vital (Qi), aliviar dolores y fortalecer el sistema inmunológico. También se ha usado para tratar problemas ginecológicos y digestivos, y como una planta «caliente» que ayuda a equilibrar el cuerpo.
En la herbolaria europea, la artemisa (Artemisia vulgaris) era considerada una planta sagrada. Se la llamaba “la madre de las hierbas” por su capacidad de aliviar cólicos menstruales, mejorar la digestión y calmar el sistema nervioso. En la Edad Media, los peregrinos colocaban hojas de artemisa en sus sandalias para evitar el cansancio en los largos caminos.
Hoy, el interés por la artemisa ha resurgido tanto por su valor histórico como por sus propiedades en suplementos y tés naturales. Su legado es prueba de cómo el saber ancestral puede seguir aportando bienestar en la vida moderna.
