¿Sabías que el ácido fólico tiene una historia fascinante detrás? Esta vitamina esencial, conocida también como vitamina B9, fue descubierta en 1941 cuando científicos identificaron un compuesto en las hojas de espinaca que resultaba clave para prevenir la anemia. De hecho, su nombre proviene del latín «folium», que significa hoja.
Aunque hoy conocemos su importancia en la salud, especialmente durante el embarazo, no siempre fue así. Antes de su descubrimiento, problemas como defectos del tubo neural en bebés o anemias severas eran un gran desafío médico. La fortificación de alimentos con ácido fólico, implementada en muchos países en los años 90, marcó un antes y un después en la salud pública, reduciendo estos casos de manera significativa.
Una curiosidad interesante es que el ácido fólico y el folato no son exactamente lo mismo. El folato es la forma natural que se encuentra en los alimentos como las legumbres, los vegetales de hoja verde y los cítricos, mientras que el ácido fólico es la forma sintética que se utiliza en suplementos y alimentos fortificados.
Hoy en día, se sigue investigando su impacto en áreas como la salud mental 🧠, la función cognitiva y la prevención de enfermedades crónicas. ¡Una vitamina pequeña, pero con un enorme impacto en nuestra vida!
